Aceptar lo que no puedo controlar, es la mayor liberación... Comprender que mis ojos son capaces de expresar mundos enteros, lo que mi boca no es capaz de expresar, lo hacen mis dedos a través de estos escritos.
Aprender a convivir con esas sombras que asfixian... Que giran a mi alrededor, y si eligen a su próxima víctima, si no puedo protegerlas porque el amor no es suficiente, las alejo, a cualquier precio.
Sombras que se unen a otras, y de ahí se saca "el mundo" a los "monstruos", a esos seres que con tanto desprecio observamos, culpándonos todos unos a otros.
Nos cuesta admitir que todos somos responsables de la maldad que existe en el mundo, de la guerra, de los conflictos.
Hacemos de todo un drama, en vez de comprender.
Cada vez tengo más claro, que soy un espejo, cuyos reflejos varían en función de quien me mire...
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