El circo de Morfeo

Cada sueño tiene una historia... y siempre hay algo o alguien detrás de cada historia.
La historia comienza con una invitación... ¡entrada gratuita!  decían... pero merece la pena.
Un circo en el que nada es lo que parece... un espectáculo en el que realidad y ficción, se entremezclan.

La historia de una niña... abandonada, desamparada, encontrada por un señor que la acogió y la crió... llamémosle padre. Más tarde vista por su "padre" biológico, arrepentido por sus errores.
La niña ya es mujer... hermosa, de tez y cabello moreno, con ojos color almendra, pero no sabía lo hermosa que era... ni por dentro tampoco. Escondida de ambos, se rechazaba a mí misma... al final, obligada por las circunstancias, los "enfrenta", y acaba aceptando quien es en realidad, teniendo así un final feliz con sus padres, perdonando.

Otra historia... originalmente es una mujer con mucho dinero, tiene una hija... ¿felicidad completa? lamentablemente no.
Su hija padece una enfermedad rara, terminal, siendo tan solo un bebé... y perece en una ambulancia.
La mujer, destrozada... no sabe que hacer con su vida.
Pero la historia se ha alterado... alguien quiere destruir a unos "héroes", y para ello necesita bien a la mujer... por lo que reescribe la historia.
Volvemos al momento de la ambulancia... pero esta vez, el bebé vive, la mujer, atónita, y sabiendo la auténtica historia... se lleva a su hija, emocionada.
¿La única condición? no decir nada a los héroes acerca del viajero del tiempo que lo altera todo.

Finalmente... todos tienen su final feliz, el circo concluye, y el público marcha, apesadumbrado, hasta que el dueño del espectáculo, presenta uno a uno a todos los participantes... historias basadas en realidades, alteradas mediante la magia del sueño...

Iluminando el alma

Los sueños... ¿solo son eso? ¿o son algo más? quizá... son más, mucho más.

Quizá nos revelen mensajes ocultos... lo que en el fondo deseamos.
Lo que en verdad necesitamos... me pregunto porque anhelo ciertas cosas... debería estar acostumbrado a lo que vivo.

Pero mi corazón se resiste a abandonar esos resquicios de luz... igual que una vez luché para ser más fuerte, esta vez lucharé para ser más sensible...

Liberando lo oscuro

Que me pasa... pienso.
Que sucede... me pregunto.
Que siento... que algo no encaja, que me desvío una vez más.

Lo oscuro se hace presente, las campanas se tiñen de sangre... la rabia y la impotencia surgen, para recordarme el nacimiento de mi ego.

Antes de que hable, ya habla él... antes de que pueda sentir, él ha pensado por mí... y no me deja vivir, me tiene en vilo, pensar y ser consciente de que tantas cosas no van bien.

¿Respirar es la clave? no dejarse llevar? ni sé como debo de actuar. Yo siempre pierdo... él siempre gana... pierdo y gano, pero no es lo que deseo, quizá es lo que debe ser.

No quiero que el destino mande... que esté tallado y marcado, quiero romper esa piedra, construirla por mí mismo.

El miedo esclaviza mis palabras, la coraza las destruye, y sustituye por otras...

Prisionero mental

Me despierto en un habitáculo, y quiera o no, él está conmigo... esa parte que tanto me empeño en alejar, pero que cuando Morfeo me hechiza, aparece... me ata, no me deja huir de él, inyectándome placentera oscuridad.

Él sabe lo que yo pienso, lo que siento... solo quiere que estemos juntos, juntos y solos por y para siempre, pues sabe que a él lo rechazan por ser como es, y desea condenarme a su misma suerte.

Muero, aplastado por algo indescriptible... resucito, por algo igual de horrendo.

Hay más gente... pero están a su merced, obedecen como corderos... ¿tanto poder tiene? me pregunto... una ausencia, una oportunidad para escapar.

Por muchos obstáculos y barreras, lo logro, encaminándome hacia mis sueños... creados por la magia de la esperanza.

Pero de que servirá... él sabrá como encontrarme, y como destrozar al amor que me encuentre... porque después de todo, él solo es una parte de mí, que con cada decepción, con cada desprecio, se crece más y más... llamémosle ego, y solo derrotándolo podré vivir en paz.

Crónicas de un malvado: 1

Él... yo, ambos.

Le pregunto que son estos sentimientos, y me responde: negativos querido.

Ya lo sé... pensaba que había quedado atrás, pero no, el pasado vuelve a golpearme con sus ironías del presente, ¿ahora se admira y se venera la inocencia? pero el mundo sigue siendo cruel... las imperfecciones siguen siendo parias, estigmas, de una sociedad consumida por la oscuridad.

Y lo peor es que me importa... lo peor es que me importa todo.

Cada actitud... ¿los errores se pagan indefinidamente? por querer tener autoestima te hacen pagar el precio... pues lo pago con gusto, lo injusto sería lo contrario.

Lo que si es malo, es desear que el karma se cobre el precio... pues eso solo te genera más deudas... y el ciclo se repite de nuevo.

Misterios sin resolver

Esta sensación de incertidumbre puede conmigo... no me deja dormir bien, no me deja estar bien del todo conmigo mismo... siempre la he tenido, pero ahora que la magia utilizada se cobra su precio, temo cuál vaya a ser... sea como sea, dolerá.

Sea como sea... todo cambiará, esto es un regalo y al mismo tiempo, una maldición...

El regreso de la duda

Me pregunto por qué... simplemente eso.

A la mayoría no le importa, y sin embargo mi corazón no para de preguntárselo... la ausencia de todo, solo tú mismo estás.

Las palabras se las lleva el viento... nunca una frase metafórica fue tan certera.

Cada día aprendo más a valorar los hechos... cada día todo me confunde más.

Solo hay una cosa que tengo clara, rendirse no es una opción.

Luchar hasta que se me agoten las fuerzas, recobrarlas con energía positiva, y seguir... siempre.

Veo cosas malas, pero recuerdo las buenas... y los malos sentimientos no son tan malos cuando te ayudan a ver en los demás lo que tú no quieres ser.

Volando en libertad

Una vez pasas por la etapa primigenia, pura... caes en la oscuridad sin perder tu brillo, comienza la etapa luminosa... en la que tu luz brilla con más fuerza que nunca.

Es la etapa en la que logras aceptarte a tí mismo, con tus imperfecciones, con tus miedos, con tus defectos... y con tus perfecciones, tus sueños, tus virtudes.

Es la etapa en la que dejas que todo suceda, en la que dejas de preocuparte tanto por lo que hacen los demás y te ocupas de lo que haces tú por mejorar y equilibrar la balanza.

Sabes amar, y te dejas amar... no hay nada imposible, y confías... sabiendo que en cualquier momento pueden romperte el corazón, pero no importa, pues una y otra vez sabrás reconstruirlo con el mejor material, el amor y los buenos sentimientos.

Aprendes a bailar bajo la tormenta, a bailar en arenas movedizas, y a valorarte... a mimarte, a ser consciente de que tu opinión es la más importante.

A la vez, aprendes a valorar más que nunca a los que amas y te corresponden, amigos, familia... te marcas metas, objetivos... lo que pides se te es concedido, cuando llegue el momento y estés preparado para recibirlo.

La magia existe de nuevo... nunca se fue de hecho, y esta vez, no tiene precio...

Rompiendo la coraza

¿Sabes lo que pasa cuando sales de ella, de tu letargo? entre otras cosas, lo que tanto te dolía deja de hacerlo... yo me he llevado varias lecciones aprendidas... no merece la pena encerrarse en uno mismo, aunque la vida te obligue, aunque las lágrimas te derrumben, pues en la oscuridad solo encontrarás desdicha.

Reencontrarse con amistades, adquirir otras nuevas... de momentos y de corazones rotos va la vida.

No pierdas la esperanza en un mañana, pues cada día que estamos, es un maravilloso regalo.

Todo duele, tenemos derecho a sufrir, a tener emociones negativas, pero siendo conscientes de ello, pues el mundo sigue girando, y si no lo alcanzamos, pocas personas vendrán a rescatarnos.

Confiemos en la vida, en la luz, en el amor... vivamos cada día como si al siguiente no volviéramos a despertar.

Castillos de ensueño

Toda acción tiene una reacción... y toda fantasía llega a su fin.

Todo lo que te parezca increíble, perfecto... no existe, pues la perfección no existe en este mundo.

A veces soñamos con castillos hechos de burbuja, bonitos si... pero que en cuanto nos damos cuenta, explotan y se derrumban, arrastrando con ellos nuestros sueños.

Saber lo que va a suceder es la peor maldición... pues sabes que la burbuja es endeble, que esa supuesta felicidad va a desaparecer.

El amor es lo que se mantiene firme... lo único que permanece, intacto pese al tiempo y al espacio...

Envidia invocada y amor encontrado

En ocasiones... la envidia no es ni buena ni mala, si no que nos ayuda a mejorar... envidiamos porque admiramos algo material o inmaterial que esa otra persona posee... una inteligencia, forma de ser, o simplemente unos ojos bonitos.

Nuestro subconsciente no nos pide permiso... pero debemos perdonarlo, perdonarnos por nuestras imperfecciones.

Quizá esa persona sea amiga nuestra, quizá no sea envidia, si no celos... no sabemos que pensamos realmente si no profundizamos en ello.

Nuestra oscuridad lo quiere todo, nuestro ego envidia por no tener toda la atención, así que asumamos lo que sentimos, y prestémonos atención, pues nosotros sentimos amor hacia esa persona, y en verdad le deseamos lo mejor... dejemos que sea nuestra esencia la que nos guíe.

Errores perdonados

A veces caemos en la oscuridad sin darnos cuenta... sin querer hacemos daño a quienes amamos, pues por un momento somos plenamente egoístas, no somos perfectos.

Cuando te quitas la venda de los ojos, ya es tarde... es difícil volver atrás, nos cuesta rectificar... nos cuesta pedir perdón, que nos perdonen... y lo más importante, nos cuesta perdonarnos a nosotros mismos.

Nos cuesta aceptar que no fuímos, no somos, ni seremos perfectos... que debemos luchar contra nosotros mismos, nuestro ego.

Dejar que el amor triunfe y nos purifique... nos hará más fuertes y sabios.