Porque reflexionando... uno llega a la conclusión de que nadie es perfecto... todos cometemos errores y podemos ser hirientes en algún momento.
Duele... al momento es difícil, pero luego... todo pasa, todo se supera.
Creas o no creas... el perdón alivia el alma, sana el corazón... y te permite avanzar.
Olvidar o no es decisión tuya... pero siempre se puede amar, y vibrar, para que todo supure amor.
En ocasiones la luz que creemos conocer no es la auténtica... si no una simple ilusión.
En ocasiones... pensamos que lo que brilla siempre es bueno.
Debemos aprender a no decepcionarnos... no esperando nada.
A reconocer que la perfección no existe, y que no siempre encajan las piezas... todo es como ha de ser, para que aprendamos.
Pero duele vivir en ese presente, en esos momentos tenebrosos, aún brillando esa luz fulgurante.
Amistades que te cogen de la mano... que te acompañan en toda clase de sendas.
No importa que el camino sea fácil, plagado de flores hermosas, o sea difícil, y las espinas sean lo más destacable.
Así es la vida... ganas, pierdes, pero ahí sigue el amor, recubriendo cada sensación, cada momento.
Cada mil lágrimas, una sonrisa... y cada mil sonrisas, una lágrima... solo pon el espejo del revés, solo piensa en ello, y así será, así lo decidirás.
En ocasiones... esa mano, pura luz, pura oscuridad... será la que te salve del abismo... del peor foso posible, nosotros mismos, la autodestrucción.
Saliste de un lugar... acabaste en otro, que te hizo sentir bien temporalmente, y que luego se convirtió en tu prisión, después te fuiste a otro... tu hogar, con las personas que quieres... tanto clamar al caos, al final este hizo acto de presencia, y lo consumió.
¿Volver a dónde estabas? no hay otra opción al parecer... y duele saber que lo que tenías no era para tí, que todo era una ilusión.
Quizá es lo mejor, quizá, sea tu lección... la forma de que aprendas, que nada dura para siempre... ni bueno ni malo, y que cada prueba te hace más sabio, más fuerte.
Es difícil... hay veces que te hacen tanto daño, que incluso llegan a matar tu corazón... que matan tu confianza en el ser humano, que matan hasta las ganas de vivir y de amar.
Esa es su victoria, si les dejas... debes ser más fuerte que todo eso, no por tu familia, ni por tus amigos, ni por nadie, si no por tí.
Solo tú te conoces lo suficiente... lo suficiente para proporcionarte felicidad, un bien tan preciado y escaso.
Quizá no es tan escaso, quizá es lo que nos han inculcado... la felicidad reside en tí, en cada sonrisa, en cada salto de alegría... en cada uno de los momentos buenos.
En los no tan buenos aprendes a ser más fuerte, y a valorar más aún la luz que desprenden los buenos.
No hace falta que cargues con el peso del mundo... todo pasa por algo, y cada quien en esta vida, tiene su camino y sus propias pruebas.
Ama lo que fue, lo que es, y lo que será... así sobrepasarás esos errores... y comprenderás los de los demás.
Deseos... paz... cada uno lleva una flor en su corazón.
Sueños infundados de esperanza, de resistencia, ante esta oscuridad que trata de aplastarnos.
¿Quién no quiere un mundo donde el amor salga triunfante? un mundo dónde la maldad y la bondad no sean más que conceptos anticuados... un mundo en el que todas las flores puedan crecer sin temor.
Despierto en un puerto... como en tantas otras ocasiones, no soy yo... me encuentro con mi hermana, la cual tiene aptitudes de marinera, guerrera e inteligente al mismo tiempo... curandera incluso... si se alía con el "enemigo", dejaría de ser la hija de mi madre.
Sin embargo, mi única habilidad es la de las estrategias... sin magia en este mundo, a eso se limitan mis aptitudes.
Pero una amenaza se cierne... a través de un portal acuoso, se llega a otra dimensión... una a la que yo solo puedo acceder.
En una profundo túnel... en el fondo se haya una criatura tenebrosa y oscura, de grandes proporciones, realmente poderoso... lo bueno es, que sin poseer magia puedo frenar su avance.
En esta dimensión se haya la muerte... es la dimensión de los que tienen cosas pendientes en el mundo.
Finalmente... mi hermana se convierte en capitana, y mi encierro, se vuelve permanente... los peores monstruos se crean a raíz de lo peor de cada corazón.
Cuando comprendes que el cambio no es malo... que cambiar sirve para cambiar tu perspectiva.
Cuando comprendes que todo lo acontecido han sido pruebas que debías superar, obstáculos que debías esquivar, y piedras que debías saltar.
La vida es como un río... avanzas hacia delante, sin siquiera darte cuenta, y mirar hacia atrás no sirve de nada... no sabes donde desembocarás.
Realidades, sueños... ambas cosas te indican lo mismo.
Pensamos que tenemos libertad... solo en cierto modo.
Libertad para soñar, para amar... pero no para vivir.
La oscuridad nos marca... y que pasa si la dejamos de lado, ¿aunque sea durante un instante? ¿no es mejor? cuando permites que la luz calme tu mente y tu corazón... te permite empatizar, y amar... lástima que algunos habitantes de la oscuridad decidan aprisionarnos... en jaulas de oro.
Luchemos, y venceremos, riamos, y seamos felices... después de todo, en eso consiste la vida.
Cada vez que miro atrás... lo único que puedo recordar es dolor, y pena... el amor también mata, y remata.
Si todo fuera como en la otra realidad, en la que la magia cobra vida y obra milagros... si tan solo una lágrima fuera suficiente para detener al sufrimiento.
Pero este mundo no es así, nunca lo ha sido... en este mundo hay que crear dicha magia y esforzarte a diario para mantener la luz, para mantener la felicidad.
Ver como las sonrisas que antes te alegraban el alma ya no están, ver a los pájaros, volar y batir sus alas hacia el infinito mar azul.
Las sirenas, con su canto... te hacen soñar con un mundo bajo el mar, libre de conflictos, con un mundo inexistente.
La oscuridad no tiene dueño, ni sigue una sola senda... se desplaza independiente y fugaz como la misma luz.
Las ilusiones desaparecen, trayendo consigo un eterno duelo, una eterna tristeza que jamás desaparece.
Caen las hojas del otoño, acariciando tu rostro y secando tus lágrimas.
Y una ola de serenidad, te hace abrir los ojos a la realidad, nada dura para siempre, ni siquiera la tristeza eterna.
Las cosas cambian, siempre lo hacen... el cambio de mentalidad, otra forma de ver las cosas... logra lo inimaginable.
Luz, oscuridad, unidas por un gran propósito... detener la violencia, la crueldad, proteger el corazón.
La luz cubriendo la oscuridad, y viceversa... logrando el equilibrio final, llegando a la paz.
La maldad erradicada, arrinconada por la bondad... antiguos enemigos, abrazándose como buenos amigos.
Condenas extinguidas, cadenas rotas, y el amor como salvador.
Déjate caer al abismo, pues ahí, en el fondo, reside la auténtica luz... la que sanará los corazones rotos, trayendo consigo la felicidad.
