martes, 15 de mayo de 2018

Efímera dualidad

Me doy cuenta de que todos ofrecemos la salvación, y la buscamos también... Todos queremos que algo o alguien nos libere, nos enseñe a ser mejores... ¿En serio seguimos desconfiando de la vida? la vida siempre ha sido, es, y será, nuestra mejor maestra... Nuestros caminos se cruzan, pero jamás serán iguales, lo que a mí me sirva no tiene que servirte a ti, y viceversa. Mi felicidad no es la tuya, y viceversa.

Admito que me he pasado casi toda mi vida soñando con un futuro mejor, soñando con que nadie me trate mal, y que la gente me trate bien.
Bien, ya ha llegado ese momento, me respeto, respeto, y me respetan.

¡Pero sigo pidiendo! "Lo tengo todo" y sin embargo me quejo de mi existencia.

Yo cree a los demonios que viven en mí, para protegerme, ¿y ahora? Ahora se cobran el precio de haberme salvado, el precio de la oscuridad es el tormento, es el generarte malos pensamientos para evitarte más dolor.

No me puedo librar de nada... ¡No puedo escapar de mí mismo, de lo que sienta! Habrán días malos, días buenos, momentos de risa, de llanto, de aburrimiento, diversión, habrá oscuridad en mí por más que elija la luz, habrá todo en mí, positivo, negativo.
Elegiré el amor sobre el odio (que también está).

Quien me quiera así, adelante, quien no, adelante también... Si sano en algo, lo haré porque realmente "mi interior" me lo pida, pues ya no creo en más métodos "mágicos" ni en "salvadores", tan solo en mí, porque pese al sufrimiento y mis vacíos emocionales (que jamás llenaré) que me acompañan, he salido adelante.

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