domingo, 11 de octubre de 2015

Rosal de espinas

Eso es la vida ni más ni menos... la contemplamos, dulce, bella, pero cuándo nos golpea, se nos clavan esas espinas tan dolorosas, llamadas problemas, preocupaciones, fallecimientos... a veces están envenenadas, otras simplemente se han clavado demasiado adentro, e incluso son capaces de herir gravemente el corazón.

Pero otras rosas se interponen en nuestro camino, sin espinas, y con un antídoto incluido, capaz de sanar esas heridas.

Eso es a lo que llamamos amor, en toda la plenitud de la palabra, ese amor nos cura de todas las maneras posibles, nos vuelve a cautivar con su esplendor, y nos da las fuerzas necesarias para seguir adelante.

Siempre vamos a encontrar espinas en el camino, que nos causen mil y una heridas... pero acaso no merece la pena seguir adelante? nos depararán cosas buenas y no tan buenas, y con cada corte, con cada herida, nos volveremos más y más resistentes al veneno, y el antídoto nos sanará más rápido que el anterior.

Otros nos acompañarán en ese camino... y entre todos, evitaremos esas dificultades, o las enfrentaremos con la suficiente fuerza como para derribarlas... sin las oscuras espinas, no seriamos capaces de valorar a las embriagadoras rosas, las cuáles nos llenan de una luz  llamada esperanza.

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