Antes, tendiendo la ropa, conectado con ese momento tan cotidiano (en silencio, sin más compañía que mi respiración y el sonido de las pinzas) me han venido toda clase de pensamientos y sensaciones... Me quedo con esa quietud, esa paz, de que en este instante, estoy donde quiero, sin grandes pretensiones.
A veces aconsejo, para no sentir el dolor ajeno, para liberarme de mi/su malestar, por no querer verme.
Creo que es importante respetar mi camino, sin forzar nada, ni culpar.
Hago lo que sé, y lo que puedo.
Creo que hablando desde mi sentir, del que no está modificado ni filtrado por mi mente, aporto mi granito de arena en este mundo, aceptando.
Eso no me hace mejor, ni me hace peor... Esa forma de ser, me retorna a lo que necesito, al amor que necesito.
Me gusta compartir mi proceso, y expresar, respetando cualquier otra percepción.
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