La dureza se le nota en las palabras que emplea, en su forma de actuar... a la vez, la sensibilidad hace acto de presencia al conversar con sus corazones compartidos, con aquéllos a quiénes de algún modo, ama, o por lo menos les tiene afecto.
Su corazón, dolido del pasado, congelado, roto, hoy en día vaga libre, sin más tormentos que dichas dualidades.
Sigue aprendiendo, sigue luchando, ya no contra el mundo, si no contra lo que fue y no desea volver a ser.
Su luz siempre le acompaña, y la oscuridad fue su gran maestra... las sombras se teñirán de blanco, mientras la luna se teñirá de rojo... energías, reunidas en un solo ser.
Solo la magia del amor verdadero le infunde esperanzas y coraje... la luz también tiene cosas que enseñarle, para seguir manteniendo el equilibrio.
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