La oscuridad nos enseña... nos da las primeras lecciones, los primeros defectos, las primeras imperfecciones.
Nacimos con luz, con las virtudes, con perfecciones, talentos.
Llega un momento en el que ambas partes discuten, peleas contigo mismo, con tus reacciones, ego y esencia en conflicto... pero es tan simple como admitir que la perfección no existe, que lo imperfecto es lo que nos protege, y lo que nos hace destacar lo bueno.
Una vez la oscuridad y la luz cooperan en armonía... alcanzamos lo que se conoce como "felicidad", el estado más maravilloso... es entonces cuando aprendemos a amarnos plenamente y así poder amar a los demás, perdonando sus fallos y valorando sus aciertos.
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