Dificil de lograr... pero no imposible. Ambas energías, Ying y Yang, Luz y Oscuridad, deben coexistir... se necesitan mutuamente, son las dos caras de una misma moneda.
No se debe rechazar la oscuridad, pues cuánto más luz, mayor sombra... no permitas que la luz te ciegue, te impida ver... ni tampoco dejes que la oscuridad te engulla, más bien, que engulla tu corazón.
La luz nace de la más absoluta pureza, de la alegría... la oscuridad nace del dolor, de la tristeza, la ira, la envidia... cuesta equilibrar la balanza, pues las emociones y los sentimientos son impredecibles.
Sobretodo, hay que tener presente... que hasta en la más profunda oscuridad, existe la luz... y al aceptar ambas energías, aceptamos nuestras virtudes y defectos... y con el tiempo los de las personas a las que queremos.
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