viernes, 21 de julio de 2017

Salvador

Capaz de salvar a su madre de las garras del averno... de la gente tóxica.
Capaz de que la luz al fin triunfe... de que nada le detenga.

Así me siento, capaz... aprendí que las lágrimas vienen a nuestro rostro por algún motivo, que lo que no te mata, te hace más fuerte.
Aprendí a romper las cadenas de mis captores, a vencer a los verdugos sin convertirme en uno de ellos.

Más dolor vendrá, y el que está, siempre permanecerá... pero aceptado, amado, sentido.
Nadie me ata ya, se acabó el sufrir por sufrir... se acabó el lamentarse por un pasado que ocurrió, por un futuro que posiblemente no llegue.

No hay comentarios:

Publicar un comentario