martes, 11 de julio de 2017

La princesa que no quería ser rescatada

La vida la vapuleó, con desdén, la llevó de un lugar a otro... con monstruos vestidos de príncipes, que así encarcelada la querían.

Pero yo no me rendí... en su busca fuí, le insistí en su bienestar.
Y con astucia la salvé... más su corazón se perdió.

Una princesa a la que le durmieron el corazón... una persona que en el fondo, en mí habita... así como cada monstruo.

Son cadenas que me impuse al sentir dolor... porque sufrir es más sencillo que enfrentar la realidad, porque es más fácil esperar a ser rescatado.

Pero así como uno sufre profundamente, ama profundamente, vive sintiendo cada emoción como si fuera lo único verdaderamente real de este mundo.

Romperé las cadenas oscuras que me rodean sin pena ni gloria... y así como rescaté a mi princesa, me rescataré del dolor, del abismo.

Quien sabe lo que costará... pero sé que lo haré con valentía, pues la princesa ahora alberga corazón... y luchará por mí.

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