domingo, 10 de julio de 2016

Enseñanzas perdidas en el tiempo

Al fin me doy cuenta... después de tantas lecciones, pruebas... he llegado a una conclusión.
No es la verdad absoluta, pues esta es relativa, está sujeta a lo que pensemos, y a conforme la interpretemos.
Mi verdad es la siguiente... la oscuridad existe, para enseñar a la luz.

La luz no sabría ser bondadosa si no hubiera maldad, no conocería la desesperanza, y no podría albergar esperanza. No sabría amar, sin conocer antes el odio... no sabría perdonar, si todo fuera perfecto.

Por eso la mayoría de personas tenemos ambas fuerzas en nuestro interior... la luz nos brinda la capacidad de ser mejores, de amar, de dar más que recibir... de sentir alegría, de ser felices.

Por el contrario, la oscuridad nos hace cometer errores, sentir emociones negativas, como la ira, la envidia... si las enfocamos bien pueden ser buenas, pero su esencia es la maldad.
No pasa nada por tenerlas... reconocerlas y aceptar que están ahí, nos sirven para conocernos más, para conocer nuestras flaquezas, y sacar provecho de ellas.

Las personas consumidas por la oscuridad, nos enseñan lo que no queremos en nuestras vidas, lo que no queremos ser... son grandes maestras, aunque el precio que se paga es sufrir.
Y las personas puras de luz, son las que mejor nos pueden enseñar a ver el lado positivo de la vida, incluso de lo malo, sacan algo bueno... nos enseñan a amar con todo el corazón, y a agradecer todo lo que sucede.

Todos somos maestros, y a la vez alumnos... la oscuridad es la maestra que a base de dureza, te enseña las mejores lecciones, y la luz, es la maestra que con mimo y esfuerzo... te lleva a la felicidad, y al éxito personal, en definitiva, a ser mejor persona.

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