Somos pura luz... pero nacemos en un mundo, en principio, con igualdad de fuerzas... al ser luz, detectamos rápidamente la oscuridad... unos la repelen, otros la combaten, a otros les consume, y finalmente... hay gente que simplemente la acepta, como la otra cara de la moneda.
Una vez ves la verdadera oscuridad... es difícil salir, resistirse a ella, es atrayente... aunque si eres débil te consume.
Los demonios eligen quedarse allí, para acechar a los que caen... es elección nuestra salir... aunque hay una posibilidad alternativa... al igual que sucede con la luz, si nos adentramos en sus profundidades... hayaremos la auténtica luz, claro que tiene un precio... aceptar tu yo oscuro, tus debilidades, tus defectos... y afrontarlos, saber que están ahi, e intentar mejorarlos, ser consciente de que somos seres imperfectos.
Y una vez logres eso... queda adentrarse en esa profunda luz, la cuál duele, nos despoja de nuestra coraza... tu alma es capaz, sólo debes ser lo suficientemente valiente como para dar el paso.
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