Sabes que lo único que puedes hacer es vivir... conformarte con lágrimas de sal, con lágrimas del conocimiento.
Observas la oscuridad de tu alrededor... los pocos faros a tu disposición, y te preguntas... ¿qué estoy haciendo mal? la respuesta es simple... nada.
Nada, pues eres consciente de que todo forma parte de tu aprendizaje, de tu evolución... nada pasa por casualidad.
Pero a la vez... sabes lo que te espera al cruzar esa puerta, al vestirte... hacia el entierro del dolor, hacia el padecimiento de tu corazón.
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